Tal vez sea complicado el poder
definir cuando una fotografía es o no buena, sin embargo, es algo que con los
años de trabajo, la experiencia y la labor de educar al ojo es como se vuelve
cada vez más sencilla de catalogar.
Técnicamente para que una fotografía sea
considerada como buena debe de incluir ciertos parámetros de estética los
cuales muchas veces difieren entre cada persona, según su apreciación, pero si
existen algunos parámetros fotográficos que se deben de cumplir, entre ellos son:
1.-La
adecuada iluminación: el tener mucha o poca luz puede molestar.
2.-El
objeto que se quiere capturar debe estar claro, sin sombras que distraigan la mirada del espectador.
3.-Debe de transmitirte
algo
Éste último parece ser el más importante, sobre
todo si se considera la fotografía como una obra de carácter artístico. Una fotografía es buena cuando tiene la
capacidad de generar algo en la mirada y mente del espectador, aquella fotografía
que no da respuestas inmediatas sino que deja con la posibilidad de usar la
imaginación, de enriquecer la experiencia, en donde se busca contar algún tema
de la humanidad, pero no con el simple hecho de contarlo, más bien busca
sorprender con nuevas maneras para lograrlo; y si inspiras a alguien a que vea
la vida de una manera única y diferente, creo que el esfuerzo de la imagen
habrá valido la pena.
No solo se busca la parte técnica sino
debe de existir un equilibrio entre la mirada, la inteligencia y el corazón;
como lo menciona el fotógrafo Henri Cartier-Bresson, en su documental Biografía
de una mirada: “Es poner en la misma línea de mira, el ojo, el alma y el
corazón”. Nadie explica mejor la labor del fotógrafo que Henri Cartier-Bresson,
para él una buena fotografía es aquella que te permita recordar o experimentar
un sentimiento; en donde toda responsabilidad cae en el ojo óptico para poder
alcanzar a capturar un momento y signifique algo.
Perla Garrido Crespo
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